14 septiembre, 2009

- Todas las horas juntas


"Ha pasado mucha agua bajo los puentes
y enormes cantidades de sangre
Pero a los pies del amor
corre un gran arroyo blanco
Y en los jardines de la luna
en los que cada día se celebra tu fiesta
ese arroyo canta mientras duerme
Y esa luna es mi cabeza
donde gira un enorme sol azul
Y ese sol son tus ojos"


-"El arroyo" de Jacques Prévert-







12 septiembre, 2009

- Escalones

Fue quizá tu vaivén o tu mirada,
pero sentí que flotaba en una barca
que yo no dirigía.
Fue una curiosa despedida.
Un adiós que sonó a un "hasta luego"
¿O fue al revés?
Ya no recuerdo...
Un beso como una flecha
que supo a mordisco
y luego... un escalón, dos... cien.
Una fluidez que emanaba,
naturalmente,
de nuestros cuerpos
nos embadurnó de consuelos
y de "mañanas";
como el mar, inmenso
acaricia la orilla y
resuelve encontrarse a sí mismo,
en el mismo lugar otro día.
Con otro azul,
como la luz azul de las estrellas,
como la mancha azul
de un vestido azul,
como la espada que atraviesa,
como una eterna espiral zulú.
Así de melódico,
así de vivido.
Tan, tan azul!

- Perro ciego

Esperábamos a que el reloj diera la hora. Y los minutos pasaban lentos de verdad. El frío del alba marcaba los segundos como gotas que se desprenden de un objeto que no las necesita, precipitándose al vacío donde aguardan las hermanas, en alegres charcos sociales, perfectamente organizadas. Deseando elevarse para completar el círculo al que están irremediablemente condenadas.

Había un perro perdido y ciego en medio de la carretera donde estábamos, deseando un golpe de suerte - En su lugar una bocina y un coche que le esquiva.-
La espera se hacía pesada, sobretodo al saber que llegaríamos tarde de todas formas.
Dormidos para siempre en improductivos negocios de almas en alquiler. Manejábamos la posibilidad de ensuciarnos la cara con algún tipo de acción confortable y tranquilizadora para nuestros congéneres. Pero las horas solo llenaron de mugre nuestros ojos y de polvo las espaldas.
Olía a berbena y bergamota.
Té con leche a deshora en la mesa del bar. Huesos enterrados bajo el asfalto y sobre las lineas blancas del paso de peatones, dibujado en el alquitrán que cubre de gris las bastas ciudades cosmoputitas. Huesos calcinados que solo un perro ciego puede encontrar. Huesos de guerras, en fosas sobre las que caminamos.

Los hombres fornidos que trabajaban sin guantes, sin ganas, sin aspiraciones. Exhalando maldiciones, llenas del humo contaminante. Pasaban a nuestro alrededor cabezas de alcachofa, de coliflor. Cabezas con colitis crónica de ideales, con ideas coladas por la aprovación del pez más grande.
Y había parques vacíos de niños, llenos de perros hambrientos que desayunaron niños.
Comedores llenos de ojos y revoluciones panfletarias. Oficinas de recuperación mental, de vigilancia manipulada por "nuestra propia seguridad", enfrentadas a la información confusa del que desconoce su talento, del que perdió la raíz en un bache y comerció con sus restos, convertidos todos en mercaderes de cadáveres exhumados y resecos.

En las orillas, solo plantas programadas para crecer y abarcar la superficie automatizada que queda libre. Lo primero son las casas, que apestan a completa calidad de vida sin sentido, eso sí, con todas las prestaciones. "Full Equip".

Fuentes que otorgan orgasmos múltiples, subidas y bajadas en una montaña rusa que no conduce a ningún encuentro. Y los vagones... vacíos. Solo coches que transportan a personas, todas sentadas, sin piernas, sin ojos ni voz. Personas que quieren llegar muy lejos a pesar de todo. Nos mirábamos sin movernos del sitio.
- Otra cerveza, por favor.

Hay ojos que no pueden abrirse demasiado, son rasgados en cuanto a genética y físicamente hablando. Contienen un gen que les deja ciegos ante el destello de la libertad, pero saben reír y llorar al mismo tiempo. El gen de la felicidad, menuda locura.
Olvidaremos lo aprendido, no lo dudes. Volveremos a elegir el camino equivocado. El que nos lleva por las grutas del ambiente reciclado infinitas veces, hasta la extenuación, mientras otros esperan en nuestro lugar.
Cabezas iluminadas y accesorios para el cabello, es el mismo saco pero mejorado a base de pintura nueva, de drogas legalizadas y venenos comercializables.

Vive sin dormir demasiado y no salgas del lavabo. Renuevate y véndete bien, eso es importante para aprovechar bien el espacio que generosamente te fue concedido. Crea un nido, aunque sabes que estás solo. Procrea. Cree ciegamente en algo, como el perro que anda perdido. Busca el rastro de un amo al que seguir, un sedal usado, un camino ya andado...

-Basta ya R.! No quiero seguir esperando...!

- CANCIÓN DE LLUVIA

Llevo mi muerte conmigo
y un trozo de silencio
prendido de fuego frío.
Sólo un desconocido
puede llenarme el olvido
con flores tempranas y
lejanas miradas.
Me pregunto si el destino
no es el final de un río,
una palabra artesana o
el cabo suelto de un hilo.
Morir entre las llamas,
en un incendio bonito.
Morir en tus sábanas,
otro domingo.

Así... desesperada,
así de humana.

06 julio, 2009

- Un pez bajo mi cama


Walking Around -Pablo Neruda-

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

12 junio, 2009

- Golpe de suerte

Ríete. Hazlo con todas tus fuerzas.
Aplaza el momento otra vez.
Advierte a tus seres queridos,
a tus seres caidos.
Es el mismo cielo, el mismo infierno.
Ni lo dudes.
Hueles a soledad y traición.
Sabes la mentira y te revuelcas en ella.
Con ella.
Te inventas la nueva rutina.
Revienta.

20 marzo, 2009

- Niña de Barro

La tarde cae roja,
Como tus ojos cansados.
Tus brazos se estiran
Para agarrar el aire.
Sientes rugir la noche
Y esperas...
Niña de agua y de tierra,
Criatura de la Madre,
Que se escurre, se retuerce,
Se contonea y
Se bambolea bajo la lluvia
Fina y decadente.
Y bailas mientras
Se deshacen tus manos,
Tu cara.
Se te va borrando el ceño
Y la mueca
De tu sonrisa ya sin boca.
Ha llegado la noche
Y tú corres a casa,
Con las manos sucias
Te metes en la cama,
Bajo la magia
De la verde manta
Junto a tu amor del alma.
Te sientes segura
Bajo la luna, sobre las brasas.
Cierras los ojos
Y sueñas...
Que eres tierra,
Y eres agua.

19 marzo, 2009

- Gotas de nada


Los besos eran violentos. Demasiado para un par de labios.
Aplastaban sus caras en rincones oscuros, donde nadie podía verles. Las esquinas les guardaban el secreto tierno, la duda morbosa, el instinto primero...
Él también estaba allí. Mirando.
Pasamos sobre el río, que no estaba tan seco como de costumbre.
Mi primo, que extrañamente también aparecía, dijo algo como que a uno de nosotros le apestaba la boca a culo mientras manejaba el coche. No sé en qué estaría pensando.
Iban a echar un polvo. Un buen polvo, con placer democrático. Pero él seguía allí, aunque solo fuera un sueño. Y eso era motivo suficiente como para subirse las bragas.
Se revelaba entonces el subconsciente confuso y demacrado de un enfermo terminal.
Luego todo desapareció -como de costumbre- y los bares cerraron sus luces, como suelen hacer... malditos! Que se olvidan de los que no tenemos casa, ni calle, ni vida.
Tirados en la acera oímos gritar a los perros como lo hacen las personas -como también hay personas que al hablar ladran mejor que los perros-.
Alguien comentó algo sobre un flechazo, y se me vino a la mente el dolor que puede provocar una flecha de esas en el pecho, atravesando el alma. Y lo bonito que sería morir así, de un solo golpe.
Abrí los ojos y maldije mi culpa, mi inconsciente y a la madre que me crió.
¿por qué no puedo dirigir yo mis sueños, como un director de cine o un novelista?
¿por qué solo me permito encontrar árboles caídos en el camino que no se pueden ya enderezar?

30 enero, 2009

- Cuando Jimi tocó cielo con sus dedos...



I

Unas medias... a medias
y tres flores que se asoman
de entre sus piernas mojadas

II

En unas horas se levantará del suelo
en unas horas olvidará el tiempo
que se hace tan lento ahora

III

En el café de los haikus
con jardines de palabras voladas
de un invierno puro

IV

La humedad se podera de sus muslos
la carne tiembla
porque el tiempo le espera

V

Luz verde a sus fantasias
Inventa miradas
y la noche por fin, ...llega

02 enero, 2009

- El ser




Somos cuerpos errantes, seres sin destino que vagan. Brillos del cemento en las noches mojadas. Somos el secreto jamás contado. La hierba verde que ellos pisaron. El coraje de los guerreros que se extinguieron. La ignorancia de los que devastaron tu tierra. La llama de tu candil en el atardecer perdido de tus sueños. Somos sueños, dormidos y despiertos. Y el verso del poeta que voló hasta tus manos. La historia entrecortada por un hilo telefónico. Los arañazos en tu espalda. Las migajas de la mesa. La baba de las abejas.

Somos la mentira de tus padres. La verdad de tus hijos. Los ojos que nunca se abrieron paso en tu corazón solitario. La rabia de los perros. Las balas perdidas. El río donde flotan tus deseos. La cazuela donde se cocina tu futuro. El misterio de unas manos que guardan algo. El por qué de todos los peros. El fuego que derritió tus dedos. El sudor que quedó impregnado en tu cama. La apariencia siempre bien lavada, y enjuagada, y escurrida y secada...

Somos el animal que se oculta en el bosque de tu cuerpo. La llamada de tu amigo. Un silbido.

El suspiro de la doncella en su torre de marfil. Las liendres en tu cabello cardado. La peste de tu aliento. La maldad de los humanos. La inconsciencia de tus acciones. El orgullo de tu patria. El camisón que rasgaste. El regalo que te quedaste. La comisura de tus labios... El tiempo de tu reloj cuando éste se paró. Las putas más putas del puerto. El puto dinero. El misil que te aniquiló. Todos los animales muertos. La polilla de tu armario. La resina de un árbol.

Las flores en tu tumba. La importancia del equilibrio. El cáncer de tu bolsillo. La enfermedad de tu alma. El caos de la nada. Los amantes suicidas. El nombre en la arena que la ola se lleva. Todo lo bueno y todo lo malo. El agujero en tu vaso. Un cuaderno sin tapas. La mala sangre de la raza.

Somos los que estamos cerca. Lo importante. Lo intrascendente. Un olvido. Los que llevamos corbata. Los hematomas en tu cara. La bocanada de humo de sus puros. Un trago de bourbon. Los que no cruzamos el puente. Los que, a veces, miramos de frente. Somos el martillo y el clavo. Una triste linea de un poema suelto. La marioneta de tu espectáculo. Un tren sin un destino. Somos una caja de zapatos llena de recuerdos. Los muertos de hambre. Los que cuentan las horas. Somos los que se comen las sobras.